Biombos: separaciones de quita y pon

La decoración actual, tan rica en soluciones, tiene un poco olvidado un elemento decorativo que a mí me resulta especialmente entrañable por lo que tiene de romántico: el biombo.

Ajeno ya a su función casi exclusiva de separar espacios, hoy los estilos decorativos nos permiten tantas formas de diferenciar ambientes o incluso tenemos tendencias decorativas minimalistas que lo que buscan es precisamente lo contrario: fundirlos hasta que todo sea un mismo espacio.

Precisamente por eso, los biombos adoptan hoy sentidos que en un principio le eran extraños y se visten con estampados, texturas, se les imprime con fotografías de grandes ciudades o delicados arabescos barrocos. Puede ser una filigrana delicada en forja que nos protege de miradas ajenas en un salón de grandes ventanales o una trampa visual para dar relevancia a una habitación. A los lados de una chimenea, o un mueble puede ser perfecto para dar el toque diferente que buscas en tu hogar.

Se nos camufla con los textiles en un vintage-chic, se viste de cómic en el estilo pop, o nos pasea por las grandes urbes del mundo en un minimalismo urbano. Un biombo pegado a la pared sirve por sí mismo para delimitar el ambiente si delante pones un sofá, o una mesa de comedor sobre una alfombra. No necesita estar en mitad de la habitación para diferenciar las estancias.

Además de las opciones habituales, un biombo puede dar juego si lo “vemos” con originalidad: puede ser un cabecero para la cama, una mampara para el baño, puede ser un cubre radiador, o ser un elemento decorativo al que, añadiendo una planta o una mesita auxiliar con un pequeño detalle, podemos dar importancia suficiente para decorar toda una pared.

Si tienes un biombo en casa, no lo dudes, busca un lugar poco habitual y presume de él. Si no es la última moda, pronto lo será.

Fuentes: Opendeco, AboutMuebles, Hogarpisos

EstiloyDeco

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