Si tenemos espacio suficiente para armar un vestidor ¿a qué estamos esperando? Es el sueño de muchos, una habitación separada visualmente de otra en la que podamos guardar todo nuestro arsenal de ropa.
Existen muchas clases de vestidores, que dependiendo del espacio con el que contemos serán mejor o peor opción.
Por ejemplo, si contamos con un espacio amplio, una habitación contigua a nuestro dormitorio en la que poder instalarlo, quizá prefiramos optar por distribuirlo en dos frentes paralelos. Así, podremos diferenciar perfectamente la zona para él y otra zona para ella.
Además, si el espacio con el que contamos es realmente grande, también podemos optar por colocar una cajonera central en el vestidor. En ella podemos aprovechar para colocar un zapatero o quizá una cómoda para guardar las sábanas.
Otra opción, esta vez referente a la separación, pasa por construir muros altos sin puerta central. De esta forma crearemos una prolongación visual de la habitación, pero delimitada correctamente por estos muros. Además, si en la parte superior dejamos grandes vanos, la luz circulará sin problema, creando un lugar mucho más agradable e iluminado.
Un truco sería dejar el hueco de la puerta con las molduras, cubriendo así las paredes por un color similar al de las mismas, wengue, por ejemplo. El ambiente será muy sofisticado.
Si nuestro vestidor está situado en una zona de paso entre la habitación y el baño, ante todo, debemos saber que es una excelente opción, pues resulta muy práctico y funcional. Pero además, tenemos que hacer que esta zona sea decorativa, y para ello, al estar más expuesta a la vista, será recomendable elegir muebles cerrados, que den mayor sensación de orden.
Por último, si no contamos con demasiado espacio o no queremos levantar muros, es separar visualmente el vestidor de la zona de dormir con un mueble de altura mediana. De esta forma, la separación será evidente, pero no haremos más pequeña la habitación.
Fotos vía: bulebbu, decorablog y micasarevista